En pleno corazón de Neuquén, Otto Club propone cada jueves un punto de escape entre el trabajo y la noche. Bajo el nombre After Office, el ciclo busca consolidarse como el primer encuentro nocturno de la ciudad pensado para disfrutar música electrónica en un formato accesible, elegante y social. Con entrada libre, DJs locales y una propuesta que combina gastronomía, coctelería y buen gusto, el objetivo es claro: transformar el final del día en una experiencia artística y sensorial.

La iniciativa nació de la necesidad de ofrecerle a la ciudad un espacio distinto, algo que todavía no existía en la agenda cultural neuquina. “Queríamos que la gente tuviera un lugar para cortar la semana con amigos, música y buena energía, pero en un entorno cuidado, con estética y alma local”, explican los organizadores. La propuesta abarca géneros como el house, el afro, el progressive y el indie, todos interpretados por DJs de la región que representan la escena emergente del Alto Valle patagónico.

Más que un ciclo, After Office busca convertirse en un ritual urbano. Su símbolo —un leopardo vestido, en movimiento y siempre presente en la comunicación del evento— representa la fusión entre sofisticación y energía salvaje. “El leopardo recorre la ciudad, aparece en bares y espacios icónicos, invitando a la gente a seguirlo y ser parte de su movimiento”, agregan desde la producción.

La identidad del ciclo combina elegancia y libertad, ofreciendo una experiencia que va más allá de la música. Sushi, champagne y una ambientación cuidadosamente diseñada complementan un espacio donde la gente puede bailar, conversar o simplemente desconectarse del ritmo laboral. “Queremos que el público sienta que entra a una experiencia distinta, donde cada detalle está pensado para disfrutar y conectar”, remarcan.

En una ciudad donde las propuestas electrónicas crecen semana a semana, After Office busca ocupar un lugar diferente: el del encuentro social en torno a la música. Lejos de competir, el ciclo pretende sumar una opción nueva dentro de la vida nocturna neuquina, posicionándose como un espacio para quienes quieren disfrutar la música y la ciudad de otra forma.

“El objetivo es que cada jueves más personas sigan al leopardo, que After Office se convierta en un clásico neuquino y que podamos realizar ediciones especiales con DJs nacionales, sin perder nuestra identidad local”, concluyen los productores.